miércoles, 6 de marzo de 2013

Psicología inversa

Avanzar ha sido casi el peor delos retos este último tiempo, digo casi, porque actuar como vil fémina ha sido definitivamente el peor de todos. ponerme en los zapatos de esas minas víbora e histéricas que no suelo soportar por más de cinco minutos pero que con facilidad logran alejar a todo el mundo. Trato de convencerme constantemente de que lo que hice estuvo bien, que alejarte de una vez por todas y hacer casi que me odiaras borrando todo rastro de cariño fue la decisión correcta, pero nunca me imaginé lo difíciles que serían las consecuencias. Todavía me sorprende que te lo hayas creído  aunque en algún punto creo que yo también lo hice. Al menos así sé que estarás tranquilo y que no te preocupas por mí. Que la puerta entreabierta que antes me quitaba el sueño está cerrada y eventualmente no lo hará más y que si me miento por el tiempo suficiente, tarde o temprano, todo volverá a la normalidad.
Dicen que la vida se trata de eso, de sacrificios, y a veces hay que sacrificar lo que uno más quiere en el mundo para poder seguir adelante. Para mi lo son tú y tu bienestar, sé que cumplirás tus metas y que yo a su tiempo haré lo mismo. Tal vez el tiempo actúe de maneras misteriosas, tal vez simplemente nos transformemos en dos extraños más que simplemente no pueden verse...quien sabe.

lunes, 4 de marzo de 2013

So Small

Estoy harta. Sí, harta de llorar en las noches por pequeñas idioteces o simplemente por extrañarte; por celos estúpidos (sean fundamentados o no);  por no saber como mierda actuar cuando estas "cerca"....por sentirme tan pequeña cuando estás ahí.
Creí que podía soportarlo, que el "como si nada" sería fácil, después de todo, dicen que en toda mujer hay un poco de actriz, pero no puedo. Cuando te escucho me tiemblan las manos, siento que mi corazón va a salir corriendo, se me traba la lengua y me siento la persona más torpe sobre la faz de la tierra porque siento que cualquier cosa que digo y haga nunca son suficientes...nada es suficiente.
Pensé que el tiempo comenzaría a hacer maravillas conmigo y que todo se empezaría a acomodar sólo, que podría llenar los espacios que dejaste vacíos aunque fuera momentáneamente. Es como si esos espacios siempre hubieran sido tuyos, sólo que no sabía que los tenía hasta tu llegada...ahora lo sé, créeme que lo sé. Hacer planes aún pensando que algún día volverás a darte una vuelta por aquí puede sonarte tonto, tal vez una perdida de tiempo, pero lo sigo haciendo. No lo había notado hasta que me di cuenta de que dejando las horas de pega, instituto, estudio, amigos y ocio, aun había tiempo para ti.
Me siento pequeña, frágil y sin una idea clara de a dónde voy, pues esos planes hoy son nada...quedaron perdidos en algún lugar en el que no puedo alcanzarlos por mucho que trate.
Y otra vez estoy harta, harta de sentir impotencia, de no poder hacer nada...de no poder mirar los colores porque era contigo con quien más los disfrutaba, de tratar de ser feliz y sentirme incompleta; de ser paciente y de odiarme por a veces no serlo; de no ser lo suficiente joven para tomarme las cosas un poco menos enserio y de no ser lo suficientemente vieja tampoco para que el tiempo avance rápido.
Nunca me ha gustado rendirme cuando todavía siento que hay algo por lo que pelear, pero no puedo hacerlo con los ojos cerrados, sintiéndome pequeña y sabiendo que tal vez no quieres que gane.

lunes, 25 de febrero de 2013

Avanzando

Durante estos días he sentido de a poco como mi muso se va de nuevo (sí, mi musa es hombre y lo llamé así), y, aunque me encanta escribir, sé que mi pérdida de inspiración siempre viene ligada a tiempos mejores y que tal vez vaya siendo hora de avanzar de una vez por todas.
Era una persona distinta, o la misma pero de diferente forma, tal vez, tu eras el distinto.
 Creo que el haber vuelto momentáneamente a esos días me hizo darme cuenta de muchas cosas. Extraño esas trasnochadas absurdas en las que nos decíamos mucho y nada a la vez; esa persistencia a la hora de querer que nos juntáramos; los reclamos por no saludarte y mi falta de atención hacia ti, la cual, pedías casi a gritos y, posteriormente, el saber que después de un largo y horrible día de trabajo estarías ahi, conmigo y que cualquier cosa anterior a eso ya no importaba...extraño al amigo que nunca tuve,a la persona que se fue y lo que se llevo consigo. Extraño cosas tan insignificantes como decirte nerd y que patalees por eso alegando que te hago bullying...o simplemente saber que estás ahí  en alguna parte. Bueno, técnicamente estás ahí en alguna parte,pero lejos, literalmente y de todas las formas razonables y poéticamente posibles. Eso me deja prácticamente donde estaba.
Nos prometí mantenerme ocupada y tratar de ser feliz y créeme que lo he hecho. Subir horas de trabajo por mucho que me esté cansando para poder estudiar tranquila, volver loco a medio instituto para poder matricularme al fin, salir a caminar; compartir con gente con la que no lo hacia hace rato, en fin, vivir cada día tratando de rescatar lo mejor y de ser un poquito más feliz. Lamento decirte que no es suficiente. Que ya no es egoísmo y que, por lo mismo, he tratado de mantener esa distancia tratando de ni siquiera preguntarme si alguna vez piensas en mi. Es difícil aceptar que encontraste a ese "alguien especial" del que todos hablan y lo dejaste escapar por un par de caprichos.
El otro día leí algo muy lindo y cierto, "If you love it, let it go;if it's yours, it will come back", me gusta bastante más que nuestro clásico "Si lo amas déjalo ir..". Pero no puedo forzarte a volver si no lo sientes así, de la misma forma que no puedo obligarte a dejar esa vida que elegiste; a lo único que puedo limitarme es a mirar de lejos y dejar que, de vez en vez, me carcoman esos celos enfermos pensando que tal vez alguien ya ocupó ese lugar. Sí, siempre fui una experta en esconder mis celos, pero hoy por hoy ya no soy buena escondiendo nada; llorar de a ratos ya se siente perfectamente normal incluso aunque siga sin entender por qué alguien puede decir que hace bien. Supongo que porque debe ser la forma en la que uno reclama por eso que le fue arrebatado, de la misma forma que un niño llora cuando le sacan un juguete. Sólo que cuando crecemos el dolor se vuelve un poco más real y ya no hablamos de juguetes.
Tal vez lo que haya para rescatar de estos días sea la forma abrupta en la que he madurado; la poca tolerancia que tengo con los comentarios vacíos de las personas que no tienen nada ubicado e inteligente que decir; y el haber entendido que tal vez ese algún día se vuelva un nunca, que por más que me duela un mundo y haya decidido esperar mil años (aunque la verdad, dudo mucho vivir tanto), voy a tener que hacerlo mientras avanzo...esperando que algún día llegue ese mensaje reclamándome porque te ignoro.

domingo, 10 de febrero de 2013

Día 3: La pena sigue, risas, sorpresas y sensación de no sé qué...


10:00 am, hora de levantarse para ir a trabajar. Me regalé 10 minutos más de sueño y me tapé la cabeza con la almohada creyendo que ese molesto dolor culpable en la boca del estómago se iría. Las medicinas alternativas no son lo mio, traté acostándome boca abajo...tampoco servía. Me levanté y tome desayuno, claro que no estuvo mucho rato ahí...parecía que mi estómago estaba más cansado que yo como para tratar siquiera de digerir algo.
Me quedé en casa tratando de recuperar algo de sueño y fuerzas. Traté de leer o jugar, en fin, distraerme y pensar en cualquier cosa completamente ajena a los últimos días. Si no te hace bien, déjalo atrás, me habían dicho, no quería...no quiero. Siempre he sido lo suficientemente terca, cabeza dura y testaruda como para dejar las cosas que de verdad me importan así como así
Un llamado me alegró la tarde y, si bien no se trataba de ningún caballero de brillante armadura, la compañía de un amigo no era algo que me viniera muy mal. Pasamos la tarde entre risas aunque, de a ratos, mientras le contaba todo, me entraban ganas de llorar pero las disfracé con más risas y por un segundo creo que hasta yo me lo creí....y se sintió tan bien. Pero me quedé sola de nuevo y ese pequeño pollito dentro mio se dedicó a comer del a herida recordándome que todo seguía ahí. Sí, podía pretender horas que no pasaba nada, reírme, hacer bromas, pero esa almita mía testaruda no me dejaría olvidar con facilidad.
Las últimas horas me las pasé casi resignada a que no llamarías jamás a que, ayer, cuando mi compañero de charlas nocturnas me dijo que me tirara a la pileta con los ojos vendados, no había medido realmente lo que estaba haciendo...hasta que Juan me dijo que mi celular sonaba como condenado. Eras vos...
El corazón se me aceleró, las rodillas temblaron, y, me voy a permitir un momento de escritura asqueroza para describir exactamente como me puse...derghadklghrtuighdfkgbdklfjghdklfjghldkjfghldkfjghldkjgheilrugheilugheilrughilerughlergielughklfjghdfljgnhopdjkopdkqwkdmqp,s`23iokodmwoifmeoimfgoeigjeroigjneoigj. Fue algo así. Me pasé tres millones de películas y, después, la realidad. Era yo la que te había pedido que dieras señales de vida para preguntarte algo, claro, era sólo eso. Pensar que todavía no me atrevo a cambiar el nombre con el que te tengo en mi celular...
Lo que sí puedo decir con certeza es que el vacío no se va, las risas llegan esprádicamente sólo para recordarme que el estar triste no tiene por qué hacerme una amargada, nunca me había dado cuenta de la cantidad de personas que se preocupan realmente por mi...

sábado, 9 de febrero de 2013

Día 2: Ira, malestar y un poco de todo

Hoy creo haber amanecido mejor, al menos, tenía hambre y eso se sentía completamente positivo. Me levanté y me duché rápido para poder almorzar tranquila antes de irme a trabajar, dos bocados antes de que la comida se me atragantara. Lo bueno es que descubrí algo muy importante sobre mi cuerpo, ese dolor de estómago asqueroso y vómitos son la pura manifestación de un malestar emocional peor; conclusión: voy a vomitar de por vida. Linda la cosa...
Me fui al trabajo sin muchas ganas pero tratando de que crecieran y pensando en que tal vez me haría bien. No niego que me ayudó, pero en cada ocasión de descanso salía a fumarme un pucho a algún lugar lejano y a pensar mientras esa cosa en mi estómago seguía molestando. Ya sé, si leyeras esto te enojarías y me dirías que no debería fumar si me siento así, pero esa mala costumbre siempre ha logrado relajarme un poco...lamento decir que, hoy por hoy, es lo único que me calma un poco cuando estoy al borde de las lágrimas. Traté todo el día de parecer lo más animada posible, creo que me salió bien. Hacer de cuenta que estoy bien siempre me ha salido bien menos con vos.
Una llamada perdida y dos mensajes...ninguno te pertenecía, y me dio rabia. me dio rabia pensar que ya no formo parte de tu mundo que, a diferencia mía, lo debes estar pasando excelente...que nuestro mundo, hoy, no es más que un recuerdo lejano como tantos otros. Te odié al saber que nada de lo que haga tendrá respuesta, odié el viaje que tanto te va a alejar de mi aunque ya estés lo suficientemente lejos; odié sacar cuentas y entender que el "hace un mes" del que me hablabas fue cuando estábamos celebrando en la playa y te di algo importante para ambos....te odie tanto que me odié a mi misma. Un mes sin que dijeras nada o que te echaras atrás cada vez que quisiste decirlo mientras yo jugaba a ser feliz contigo. Aunque ahora que recuerdo, quizás, esa vez existió, cuando me dijiste que sentías que ya no teníamos la mismas ganas de vernos. Puede que esa vez mi miedo no te haya dejado hablar...pero no mentí al decir que no sentía lo mismo.
Creo que en este momento lo único que odio es no saber de vos. No tener idea de como te sentís realmente, si tenés hambre o frío, duermes bien en las noches o si ya empezaste con todos esos proyectos de los que me hablabas. En el fondo, en ese lugar que todavía sigue alejado de la rabia y que bien he tratado de cuidar, espero que sí. Deseo con todo mi corazón que cumplas todos tus sueños, tal vez, incluso aunque eso signifique dejarme del todo atrás. Creo que en eso siempre he fallado, no creo recordar ni una vez en la que me pusiera en primer lugar...incluso sin saberlo anticipadamente. Eso me recuerda algunas de tus últimas palabras, recordándome que me preocupara por mis estudios y salud, aunque sin que lo supieras ya estuviera todo listo.
Y hoy alguien me repitió otra vez que estaba bien llorar, que hacía bien, a lo que creo haber respondido nuevamente que no me molestaba hacerlo sino el no saber cuánto necesitaba llorar para que llegara el "bien". Después alguien me preguntó por qué estaba dando todo por perdido, no lo estoy dando, no quiero hacerlo, pero sé que cuando te propones algo lo haces y espero más que nunca en la vida, estar equivocada al pensar que te propusiste un hasta siempre. Me siento tonta la pensar que hasta extraño el escucharte roncar y no poder dormir... sonreír y hacerte caricias para que dejarlas de hacerlo sabiendo que no podía parar o volverías a roncar de nuevo.

Extraño todos esos detalles que eran nuestros y ya no están....hoy te extraño más que nunca