"¡...siempre cae de pie! Es peor que un gato..."
Fue absolutamente todo lo que alcancé a escuchar antes de sonreír en extremo satisfecha por su molestia. Es raro que llegue al punto de regocijarme con la desgracia ajena, pero su caso es completamente diferente: Nuestras diferencias hicieron que, desde un principio la relación fuera en extremo hipócrita (supongo que más que nada porque con doce años no podía hacer mucho al respecto); a medida que fue pasando el tiempo esa hipocresía se vió opacada por mi pésima costumbre de decir lo que pienso en los peores momentos, las comidas se transformaron en batallas campales en las que hasta cierto punto estaba dispuesta a ceder, siempre y cuando, él abandonara esa maldita manía de creer que todo, absolutamente TODO gira a su alrededor...creías salir ganando cuando, en realidad, acababas por encerrarte en ese maldito baile de disfraces en el que vivís, ese lugar donde quien más aparenta gana y el auténtico es tratado peor que un perro. Agradezco haber hecho las elecciones correctas, aún si eso acabó por costarme demasiado caro.
En fin, ese no era el punto, el punto es que realmente disfrute saber que, dentro de lo mal que estan las cosas ahora...existe la alineación justa de planetas como para entregarme esos cortos pero, sumamente gratificantes momentos.
Definitivamente puedo afirmar con total certeza que esta fue, lejos, la peor semana de todo el verano. Tuve mis momentos buenos, sí, pero son contados con los dedos de una mano; por fin me decidí y creo que me estoy animando a escribir algo, no sé si es prometedor o no, tampoco me importa; lloré su resto y me hizo bien...al menos relativamente; cierto episodio ocurrido la noche del miércoles podría haber sido excelente de no ser po la MUY mala pasada que me jugó la vida...pensé más que en otras ocasiones.
A veces creo que me quejo demasiado por las cosas que me pasan, malas o no, tienen alguna razón de ser. Me siento libre porque, después de todo lo que pasó, me di cuenta de que dije lo que tenía que decir...conociendo, en la mayoria de los casos, las consecuencias. Siegue sin importarme del todo el resultado. Estoy bien y, esta vez, no es necesario leer entre lineas.
En fin, ese no era el punto, el punto es que realmente disfrute saber que, dentro de lo mal que estan las cosas ahora...existe la alineación justa de planetas como para entregarme esos cortos pero, sumamente gratificantes momentos.
Definitivamente puedo afirmar con total certeza que esta fue, lejos, la peor semana de todo el verano. Tuve mis momentos buenos, sí, pero son contados con los dedos de una mano; por fin me decidí y creo que me estoy animando a escribir algo, no sé si es prometedor o no, tampoco me importa; lloré su resto y me hizo bien...al menos relativamente; cierto episodio ocurrido la noche del miércoles podría haber sido excelente de no ser po la MUY mala pasada que me jugó la vida...pensé más que en otras ocasiones.
A veces creo que me quejo demasiado por las cosas que me pasan, malas o no, tienen alguna razón de ser. Me siento libre porque, después de todo lo que pasó, me di cuenta de que dije lo que tenía que decir...conociendo, en la mayoria de los casos, las consecuencias. Siegue sin importarme del todo el resultado. Estoy bien y, esta vez, no es necesario leer entre lineas.
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