lunes, 8 de febrero de 2010

Más allá de los resultados...




El resto era demasiado fácil, al menos, eso era lo que me repetía a mi misma en el preciso momento que acepté dejar las protecciones inútiles de lado para meterme de lleno en una montaña rusa que, de seguro, me dejaría un par de magullones y cicatrices cuya historia sería digna de ser contada una vez pasado el susto. Error número uno...me pasa por pecar de arrogante.
La primera caída trajo consigo una herida bastante más profunda de lo que siquiera podría haber imaginado que no dolió lo suficiente como para que me lamentara por mucho, es más, trajo consigo esa necesidad de tapar las derrotas con falsas victorias que no sentía hace mucho. Así fue, por lo menos, hasta que el exceso de alcohol me pasó la cuenta traicionándome de la peor manera posible: obligándome a confesar algo que por motivos obvios le niego al mundo y sobre todo a mi misma.



"Creo que...no, definitivamente -censurado-"




Lo había dicho, cosa que era prácticamente como asumirlo. No había vuelta atrás (lo que sencillamente me da igual porque no tengo pensado salir corriendo). Pero en ese momento (y también un poco más tarde), experimenté una nueva sensasión: la rabia; no podía entender como algunas frases pueden estar tan cargadas de cinismo y, al mismo tiempo, denotar una transparencia que no siempre somos capaces de entender, por lo mismo, la línea que separa su verdadero significado de la fatal mal interpretación es tan delgada. Definitivamente estaba dispuesta a correr el riesgo...y a la mierda las consecuencias.





Cuento corto: Tuve que tomar de más; hacer una o dos escalas en el baño; comer "sin hambre" y bailar con alguien que, en definitiva, parecía una rana en una licuadora; para darme cuenta de que, más allá de los resultados, el arriesgarse realmente valdrá la pena.





4 hojas caidas:

Anónimo dijo...

Hay que tener el resgo siempre en cuenta, pero es cosa nuestra si nos tiramos o no a la piscina. ¿Lo que es yo? Me tiro con ropa y no me seco después de salir. Y ojalá me pescara la neumonía más grande del mundo. Pero si no lo hace significa que no me equivoqué.

Mari! dijo...

Siempre vale la pena. Podés hacerte bosta contra el piso, si, pero mejor morir después de tirarte de un avión sin paracaídas, que atragantada con un pedazo de pollo mientras veías pasar la vida por la ventana...

Anónimo dijo...

Historias tinturadas con alcohol... te contaría el final, pero yo aún no termino, porque mis porrazos no han sido lo suficientemente duros.
Siempre es mejor correr el riesgo, eso ya lo sabía de antemano...

Vamos por unas copas?

Dulzura De Piedra dijo...

seguire leyendo ... saludos!