“Escribe cosas más positivas”
No puedo, sencillamente es lo que pienso, lo que me pasa y…no voy a hacerle pasar malos ratos a nadie sólo porque mis decisiones no son las más acertadas. Dejar mi corazón escondido por ahí, ponerme la máscara y agarrar viaje. No importa si en un principio no tenga claro a donde voy, si por no poder ver con claridad las cosas termino con las rodillas peladas, un par de moretones y sepa uno cuantas heridas, no siento… hace mucho me acostumbré a no hacerlo. No me cuesta decir te quiero, pero aquellos a los que les he regalado uno sincero saben cuando lo digo de verdad.
Odio atarme a una sola persona por mucho tiempo, la sensación de dependencia me ahoga, pero no voy a negar que hay veces en las que desearía entregar toda esa soledad que tanto amo a alguien y darle la total libertad de hacer con ella lo que le plazca. El problema es que a pesar de todo, de las contradicciones, el nudo en la garganta, la sensación de mierda de sentirse ajena por momentos…estoy bien sola. Demasiado bien.
Una vez le dije a alguien que realmente no me importaban las consecuencias a las que me llevaban mis palabras muchas veces y no pretendo pecar de inconsecuente, pero suelo decir absolutamente todo menos lo que siento. Aprendí a simular tan bien aquello que esperaban ver en mi que en algún punto del camino me convertí en alguien demasiado complaciente y, al mismo tiempo, demasiado orgullosa como para querer aceptar que esa no era yo. Ahí el hada dejó de existir junto con sus preguntas, sonrisas, la dulzura y sencillez que en algún momento la habían definido tan bien. Con su inexistencia le dio paso a la sombra, quien hizo y deshizo todo a su antojo, con ayuda de la ironía y la indiferencia creó una muralla impenetrable a su alrededor para asegurarse de que ni siquiera el más ínfimo rayo de sol pudiera tocarla, alejó a todos aquellos a los que pudo alejar dejando que ocasionalmente se acercaran lo suficiente como para satisfacer aquellas necesidades que el hada había reprimido por mucho. El problema con las murallas es que uno nunca sabe cuando empezarán a derrumbarse, la sombra estaba tan ocupada disfrutando de su soledad y de los placeres que ésta le brindaba que no fue capaz de darse cuenta a tiempo de que un pequeño pedazo de esta se había derrumbado. Entró la luz y con ella una parte del hada despertó de su letargo, podían convivir, no en un balance perfecto…pero no era imposible. Y así fue por mucho tiempo aprendieron la una de la otra, el hada a ser menos dependiente y la sombra a serlo un poco más. Pero la sombra resultó ser bastante más dominante de lo que aparentaba y, por su parte, el hada resultó ser demasiado ingenua…
Ambas compiten constantemente por el mismo lugar una sonríe victoriosa sabiendo que no va a ser fácil deshacerse de ella, la otra comienza a apagarse poco a poco…aunque en el fondo no quiera rendirse.
Y tal vez sólo baste con un pequeño rayo de sol para decidir las cosas…
1 hojas caidas:
E intentaré millones de veces brindarte ese rayito de luz de sol.
Caminaré a tu lado, donde sea que vayas, tomando tu mano, limpiando esas rodillas ensangrentadas, tirándome al pasto a bostear contigo, fumándome un cigarro mientras te escucho hablar, haciéndote ver en todo momento que no estás sola.. Tal y como llevamos haciéndolo este tiempo.
Te adoroo, tontanerdquenomecuentalascosasaunqueigualsabesquedealgunamaneracósmicalassé :D
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