"Basta desearlo con la fuerza suficiente..."
¿Y después qué, esperar el milagro? No, esas cosas no pasan y una equivocación puede costarte caro...muy caro. El problema está cuando el motivo de esa equivocación logra quitarte el sueño, el hambre y las ganas de casi todo, las cosas que no te quita se transforman en vicios, mentiras y máscaras a las que poco a poco nos acostumbramos...y que no queremos abandonar por nada del mundo.
Siento que por cada paso que doy retrocedo otros tres y que, después de haberme negado tantas veces a aceptarlas, las manos que me tienden cada vez que me tropiezo disminuyeron considerablemente con el transcurso del tiempo. Antes era un "No, gracias...necesito aprender" que poco a poco se convirtió en un "No los necesito, no dependo de nadie más que de mi misma."...hoy es un triste "Socorro...me hundo y no sé como aprender a nadar. No quiero cometer el mismo error una y otra vez.".
En el momento en el que acepté librarme de la máscara que había decidido llevar por tanto tiempo me sentí libre, no tan vacía como antes...incluso bien, pero con el tiempo empecé a experimentar cierta vulnerabilidad a la que no estoy acostumbrada. una vulnerabilidad que no quiero volver a sentir. Me duele cometer los mismos errores una y otra vez, duele más cuando soy plenamente consciente de que lo que hago está mal...y finjo que no me importa. Siempre termino asumiendo, por ahí no de la mejor manera posible...pero lo hago.
Hoy decidí volver a ponerme la máscara, fingiré que soy egoísta, que nada me importa, seré un poco más fría e indiferente, incluso volveré a sonreir para complacer a los demás.
"Welcome to a town called hipocrisy"
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