sábado, 2 de abril de 2011

And suddenly I realized how much i love getting in trouble.





Nunca le encontré demasiado el sentido a quejarse de las cosas. Da lo mismo lo que sea y el por qué. Creo que el quejarse y tratar de dar lástima es la actitud más rasca que uno puede tener a la hora de los "que hubo", para mi es un poco más simple, si no te gusta como son las cosas...cambialas. No es tan difícil. Basta con tener ganas de jugar un poco con lo que nos rodea y dar vuelta las cosas, no a nuestro favor, más bien lo suficiente como para poder seguir en carrera. Así como muchas veces no necesito que me digan las cosas (porque por muy egolatra que suene hay veces que sé y punto), hay muchas otras en las que me encanta sabes que es exactamente lo que está pasando. Si es de primera mano mejor y, si no, bueno...hacerme la boluda nunca me costó demasiado.
No es que me guste el drama, pero meterme en problemas es algo a lo que rara vez puedo decirle que no. Sentir que todo puede irse a la mierda en un dos por tres no es para nada agradable, lo sé, pero ver como a último minuto lográs dar vuelta todo eso para que las cosas al final salgan bien...no tiene precio. Y mal que mal últimamente alguien se tomó esto demasiado enserio porque, aclaro, me gusta...pero no es un vicio y agota. Pero si hay algo que todo esto tiene de cierto es que "todo pasa por algo" y si por alguna de esas volás cósmicas super locas de la vida las cosas son así, ¿cuál hay? el premio mayor siempre se disfruta mejor cuando uno pone todos sus esfuerzos en obtenerlo.

Y se me va acabando la misticidad, el fin de semana recién empieza y tengo cero ganas de calentarme la cabeza. Me siento imparable...











"No sé si lo sabías", creo que en ese momento me reí.
"No, no tenía idea,
pero estaba segura de que algo pasaba y, ¿sabés qué?
No es que no me importe,
pero tampoco me corresponde hacer algo"



1 hojas caidas:

Th. dijo...

:) Quejarse a veces sólo sirve para el desahogo.

Me gusta mucho tu blog n_n