Salir a tropezar

No sé por qué pero hoy, después de una muy larga y agotadora semana en la que, "entre nos", pasaron más cosas de las que puedo abarcar (no porque se me vayan de las manos, sino porque fue todo muuuy de golpe), me senté a leer entradas viejas. Escribo acá desde que tengo 18 años, así que no me sorprende lo mucho que pude haber cambiado desde ese entonces, lo que sí, reconozco que era un poco más feliz...y me sentía notablemente más vacía. Por ahí no era felicidad en sí, sino más bien que no me costaba decir que todo me importaba un carajo (cuando nunca fue realmente así), mandar a la mierda al que no le gustara como hacía las cosas (cosa que creo hasta el dí de hoy vengo haciendo), me costaba un poquito más ver el vaso medio lleno...

Hoy me di cuenta de que lo único que extraño de aquellas épocas es la fuerza que tenía para hacerle frente a las cosas; mis mañas; la falta de filtro (o, mejor dicho de prudencia), al decir las cosas..pero no se preocupen, que vienen de vuelta. Extraño esos domingos en los que me sentaba incondicionalmente a escribir y, yendo en contra de la corriente, daba mil y un razones estúpidas de por qué me encantaba ese día de la semana; extraño sentirme invencible (porque, hoy por hoy, sé bien que no lo soy), el que me haga la loca a prueba de balas es algo muuuy distinto. Extraño de sobremanera las tardes de caminata, cerveza o café y cigarrillos donde sobraban las risas y las preocupaciones eran algo que dejábamos atrás...es algo a lo que planeo volver.

Hoy también me di cuenta de que hay personas que pueden ser muy desubicadas en cuanto a comentarios o formas de actuar, ¿saben que? realmente me soba lo que piensen o digan (sí! empiezo a volver), nunca me gustó hacer o decir las cosas por que si porque los motivos siempre sobran en esta cabeza mía. Y mierda que sobran! No, no es que sea del 99.9% de las minas con complejo de víbora que andan por ahí repartiendo veneno y arrastrándose para cagarte en el momento justo...eso es algo que simplemente nunca me va a gustar. Si siento que las cosas no están bien busco la forma de cambiarlas, por ahí no siempre de la forma correcta, pero siempre tratando de que se acerquen a eso. No me gusta estar al tun-tun de nadie, y sí, aprendí que hay momentos en los que uno tiene que sacarse el disfraz de mujer maravilla y agachar el moño para que las cosas resultan...pero hay limites! Y cuando llegas a ese límite no esperes una palmada en el hombro o un "no importa, ya pasó", porque quien te obliga a llegar a ese punto no lo hace sin querer. Y de ser así....es un reverendo pelotudo.

"Y te cito "que a nadie le importe", como vos decís las cosas pasan por algo y punto. Así que ahora no te me pongas llorona, sacá la capa y anda a luchar contra el crimen"

"¿Que carajo te pensas que vengo haciendo? Porque por lo que creo te vengo contando hace rato que no me rasco!"

"Para flaca! A mi no me vas a venir a decir que no te estás haciendo la pelotuda porque te conozco de sobra, así que por favor dejate de dar vueltas al pedo"

"No doy vueltas...espero"

Completando la frase, qué es lo que espero:

a.- ¿ Hacerme mierda contra la pared de nuevo tal vez?

b.- ¿Qué mágicamente todo salga bien sin que yo mueva un dedo?

Otra vez, c, ninguna de las anteriores. Pero no me corresponde decidir a mi. esta vez me toca el papel secundario que puede convertirse en principal en cualquier momento. Me dió sueño (al fin!)

Hora de terminar el pucho, el café e ir a soñar quién sabe con qué cosas. Con un poco de suerte, Morfeo hoy se porte bien y me traiga un par de respuestas...o me tire un centro. la verdad es que ninguna me vendría mal.

¿Lo lindo de todo esto? Ya es Lunes y, cuando me despierte, voy a tener toda una semana por delante para ver cómo se dan las cosas. Sin presiones, sin apuro. Simplemente dedicarme a empezar con nuevas energías traidas del más allá (o de años anteriores plasmadas en entradas super locas de por acá).

Ahora sí, a ponerse el pijama porque mañana me toca sacar el disfraz de valiente y salir a tropezar.